PRESENTACIÓN DE LA JUSTICIA DEL TERROR

17.03.2015 11:16

Presentación del libro La justicia del terrorde José Luis Gutiérrez Molina
 

Se trata del texto previo escrito en que basé mi intervención, cuyo contenido coincide en esencia, pero que al no haber sido leída -no es mi estilo- fue sufriendo algunas variaciones formales. 
 
Se puede considerar a JLGM como un MAESTRO de la historia social. Destaca, ante todo, en el anarquismo y especialmente el andaluz y, más aún, el gaditano. Se trata, sin duda, de uno de los historiadores más importantes de ese movimiento. Últimamente se está centrando en la recuperación de la memoria histórica. En todo caso su labor destaca por la amplitud y por el rigor. Es autor de numerosas obras en forma de libros o como artículos, escritas en solitario o en colaboración con otras personas.
 
Dispongo en mi casa de varias de ellas, habiendo sido las primeras a las que accedí las siguientes: Crisis burguesa y unidad obrera. El sindicalismo en Cádiz durante la Segunda República [1994], que está basado en su tesis doctoral; La idea revolucionaria. El anarquismo organizado en Andalucía y Cádiz durante los treinta [1992]; y La anarquía según Andalucía [1996], un opúsculo donde analiza y reproduce una ponencia de 1936 de la FAI gaditana sobre comunismo libertario. 
 
He visto a JLGM en tres ocasiones: en 2006, en Cádiz, con motivo de la celebración de las jornadas “La memoria y los sueños de una profesión”; en 2007, en Benalup-Casas Viejas, en la presentación del libro Viaje por el problema agrario. La Janda (1882-1992), en el que colaboró con el artículo "La Mano Negra (1882-1884)"; y en 2010, en Jerez, con quien tuve el honor de compartir la mesa en el homenaje a "María Luisa Cobos Peña. Mujer anarquista jerezana".
 
En las jornadas “La memoria y los sueños de una profesión”, que había organizado la Universidad de Cádiz, dedicó su disertación al anarquista grazalemeño José Sánchez Rosa, uno de esos militantes libertarios dedicados, a la par, a propagar su ideal y formar culturalmente a la gente (La tiza, la tinta y la palabra. José Sánchez Rosa, maestro y anarquista andaluz (1864-1936) [2004]).
 
La biografía ha estado muy presente en la labor de JLGM. Es el caso de dos escritores anarquistas, autores de novelas sociales breves, a quienes ha biografiado y ha publicado sus obras literarias. Uno, el gaditano Vicente Ballester (Se nace hombre libre. La obra literaria de Vicente Ballester [1997]); y el otro, el fotógrafo chiclanero Diego Rodríguez Barbosa (El anarquismo de Chiclana. Diego Rodríguez Barbosa (1885-1936) [2001]).
 
Los tres –Sánchez Rosa, Ballester y Barbosa- acabaron fusilados en el verano de 1936 por haber cometido un doble delito: su compromiso social, como anarquistas, y su dedicación a la cultura, con el fin de ampliarla a quienes tenía difícil acceso a ella.
 
Otros personajes a los que JLGM ha dedicado su tiempo han sido el gaditano Fermín Salvochea (Fermín Salvochea. Crónica de un revolucionario [2013]), uno de los apóstoles del anarquismo, y del que JLGM ha dicho que, pese  a su fama, es poco conocido; María Silva “La Libertaria” (Casas Viejas, del crimen a la esperanza. Miguel Pérez Cordón y María Silva "Libertaria", dos vidas unidas por un ideal [2008]), protagonista y superviviente de los sucesos de Casas Viejas en 1933; o Mª Luisa Cobos ("Anarquismo, represión y memoria histórica: el caso de María Luisa Cobo Peña, Jerez de la Frontera 1944" [2002]), la jerezana que fundó en 1936 el Sindicato Emancipación Femenina y ayudó a la propagación de Mujeres Libres. Precisamente hace cinco años, en un 8 de marzo, JLGM y yo participamos en el acto de homenaje que la Asociación Jerez Recuerda le dedicó en su ciudad natal.
 
En 2006, junto al amigo Juan Francisco Cardoso, vi frustrada la ocasión de estar en la presentación en Conil de otro de sus trabajos, uno de los de mayor difusión y relevancia: El canal de los presos (1940-1962) [2004]. Escrito en colaboración con Gonzalo Acosta y Lola Martínez, hacen una magistral investigación sobre el empleo de presos republicanos en la construcción del canal del río Guadalquivir en la provincia de Sevilla. Una mano de obra esclavizada de hecho y de la que se aprovecharon las grandes empresas del momento, algunas todavía supervivientes (las Huarte, Entrecanales, Banús, RENFE, Astilleros de Cádiz, etc.).
 
Quizás sea este último libro el que haya abierto una nueva vía de investigación en JLGM, dentro de lo que últimamente viene denominándose como recuperación de la memoria histórica. En los últimos años está desarrollando una labor encomiable en esa dirección, dentro de distintos proyectos y en colaboración estrecha con la CGT de Andalucía. Así, en 2009 inició su trabajo en el proyecto “La represión franquista del anarcosindicalismo en la baja Andalucía: Cádiz y Sevilla”. Fruto de ello ha sido la elaboración de numerosas microbiografías, que están ayudando a conocer bastante de quienes participaron en la vida pública de un momento no muy lejano de nuestra historia. A través de Magdalena González se me invitó a participar en el proyecto desde Barbate y el propio JLGM me proporcionó datos de dos barbateños: Manuel Mateo Fernández Y Diego Martín García “Rincones”. Pese a haber dado los primeros pasos por mi parte, por distintas razones tuve que desistir.
 

El libro que nos trae a este acto –La justicia del terror- se publicó en 2014. No voy  extenderme sobre su contenido, pues para eso está hoy él aquí. Pero quiero destacar su solidez. Impecable en el uso de las fuentes y su tratamiento. Los consejos de guerra sumarísimos de urgencia en Cádiz –en los que están tres barbateños: Miguel Almansa Campaña, Cristóbal López Domenech y José Robles Rus- fueron un instrumento de terror. Una prolongación del verano de 1936. Uno más del estado terrorista que fue el franquismo, como el propio JLGM lo califica.